Masturbación femenina: El autoerotismo silencioso

La masturbación es una palabra siempre presente en la gran gama de temas relacionados con la sexualidad. En Chile hay muchas frases y palabras asociadas a la masturbación. Tenemos los clásicos ejemplos de: paja, manuela. Los hombres en general, hablan con más libertad sobre el término, se hacen bromas, es algo que se incluye en las conversaciones del día a día.

Ahora bien, tenemos claro que la masturbación es un tabú, pero la masturbación femenina lo es aún más, está escondido en lo más recóndito de la sexualidad femenina (un nivel superior de tabú), que muchas tratan de esconder el término y hacerse las lesas.

Antes de adentrarnos en este interesante tema, tenemos que definir el termino masturbación. Históricamente, la masturbación, es definida como: tocarse los propios órganos sexuales para buscar placer, en algunos lugares se dice que para alcanzar el orgasmo, otros para causarse placer. También conocida como Onanismo derivada de Onán, personaje bíblico que, a la muerte de su hermano, le fue ordenado por mandato divino copular con la viuda. Para no embarazarla, el desdichado Onán, eyaculó fuera de la vagina de su cuñada; tras lo cual, por la pérdida de simiente y la desobediencia de la ley de Levirato, fue castigado por Yahvé. Interpretamos de esto un coito interrumpido, no masturbación. Pero quien soy yo para cuestionar las definiciones y términos.

Volviendo a que nos interesa la masturbación es un comportamiento totalmente normal, y puede estar presente en cualquier edad (pasando por niños, adolescentes, adultos y ancianos). Se creía que la masturbación era una grave enfermedad que causaba dolencias físicas y sicológicas. De aquí la malignidad que se le atribuía.

El hecho de reconocernos, de tocar nuestro cuerpo responde a nuestras propias pulsaciones y que son necesarias para nuestro desarrollo. Hay que tocarse, porque si no te has tocado. ¿Cómo te reconoces?, ¿cómo le dices a tu pareja donde te gusta que te toque?, es un juego de quererse, de explorarse, de alejar las frases que es malo, no piensen en eso, el cuerpo se disfruta y obviamente se respeta, pero que ese respeto no se transforme en una armadura y dejemos de sentir, hay que sentir.

Tomando un poco de historia los griegos la consideraban un don de los dioses . Creían que el dios Hermes le enseñaba a su hijo Pan cómo masturbarse para liberarse de la miseria que sentía cuando era desdeñado por la ninfa Echo. Pan aprendió bien la lección, superó su dolor y transmitió la enseñanza a los pastores humanos.

Los hombres aprendieron bien…¿y las mujeres?

Masturbación y mujer

Más de 50% de las mujeres de entre 30 y 40 años se masturban. En realidad, las

mujeres y hombres desde sus primeros años de vida adulta (18–24) hasta la mediana edad (54–59) muestran más probabilidades de masturbarse que las personas de otros grupos etarios (Michael, et al.,1994, 163).

Una mujer que diga que se masturba, es escasa. El porqué, parte de la vergüenza colectiva que nos pone coloradas, quien sabe, también debemos agregar nuestra formación, el ámbito cultural y religioso. Y sobretodo, la gran carga social. Cuando la palabra masturbación sale en las conversaciones, las mujeres callan. Ni entre ellas mismas hablan de manera libre de ello. ¿Acaso lo que hago yo, lo hará ella también?, ¿estará bien lo que hago? Y así la lista de preguntas sigue y nadie habla, por eso coloque el titulo de autoerotismo silencioso.

Se hace y el silencio que le sigue es atronador.

Sigamos profundizando en el tema: se dice que la masturbación no es de mujeres, que las mujeres lo hacen con menor frecuencia que los hombres (¿en serio?), Desaparece al iniciarse las relaciones sexuales. Y tantas, tantas frases que se susurran.

Nosotras a lo largo de la historia aprendimos, fuera de los ojos observadores de muchos. Quizás el roce fue el primer estimulo, es por eso que la forma más común de estimulo femenino es el frotamiento del clítoris y los labios menores.

Otras forma de estimulo es la introducción de los dedos en el introito vaginal, el roce contra la cama o la almohada, el roce en la cara interna de muslos o la inclusión de juguetes  sexuales (vibradores, falos artificiales) que pueden  o no llevar a la penetración.

También está el estimulo con chorros de agua en los genitales.

Como es la masturbación femenina

Aquí no hay recetas, que quede claro, pues hay muchos mitos en torno a ello, como que el clítoris es el botón mágico y que con presionar se harán maravillas, nada más falso.

Sin embargo la inmensa mayoría de las mujeres (98%) se masturban estimulando el clítoris de diversas maneras a lo que una de cada cuatro (25%) puede añadir, siempre o de vez en cuando, la introducción de algo en la vagina (como el caso de dildos o vibradores). Está demostrado experimentalmente que la distensión ocasionada en la vagina por esos medios incrementa las reacciones del clítoris y amplifica sus sensaciones placenteras a lo que hay que sumar las proporcionadas por la vagina propiamente dicha.

Y los lugares en que se realiza obviamente en es un lugar de intimidad y seguridad, como la cama o el baño.

Hay quienes pueden realizarlo con solo la contracción de los muslos, aunque no puedan creerlo.

Una gran mayoría de las mujeres se masturban acostadas boca arriba, con las piernas abiertas o muy abiertas. Ya son bastante menos las que se tumban boca abajo, habitualmente con las piernas poco abiertas o apretadas, y se estimulan bien con un movimiento de los dedos, bien subiendo y bajando la pelvis frotando el clítoris contra los dedos inmóviles hábilmente dispuestos.

También posición boca abajo se frotan no contra los dedos, sino contra algún objeto como almohadas, sábanas rebujadas o peluches, cuando están en la cama, y si lo hacen sentadas o de pie, contra cualquier otra cosa como ceniceros de pie, sillas, bordes de puertas, libros, etc.

Otras que se masturban acariciándose ya sea los pechos, o se acompañan de estímulos visuales.

Cuando se estimula el clítoris no se hace de manera directa ya que es molesto si se hace así, recordemos que el clítoris posee una rica inervación, es por eso que la estimulación es ladeada en la gran mayoría de los casos.

Relatos

Hay relatos de quienes cuentan su experiencia, este esta extraído del libro: Mujeres a solas de Jesús Ramos que pueden encontrarlo en internet.

Relato 14º. Mª Luisa:

Tengo 48 años y la masturbación ha formado parte de mi vida desde siempre. No guardo memoria sobre cuándo comencé a masturbarme, pero debió ser desde muy pequeña porque sí que recuerdo que a los seis años ya lo hacía con bastante soltura. Es que a esa edad pasé un verano con unos tíos míos y ocurrió algo que grabó esa época en mi memoria. La cuestión es que, como no había habitaciones suficientes en la casa yo dormí con una prima, que tiene mi misma edad, en la misma cama. Recuerdo que antes de que el sueño nos venciera pasábamos largo tiempo hablando y hablando.

En una ocasión, estuvimos hablando de chicos y yo me “encendí” bastante. Cuando supuse que se había dormido, deslicé mi mano bajo las bragas y comencé a masturbarme frotando el clítoris. Pero mi prima estaba despierta (o la desperté yo con mis movimientos) y advirtió los meneos de mi mano, así que me preguntó qué estaba haciendo. Yo estaba a lo mío, ya muy lanzada, y no le respondí. Así que levantó la sábana que nos cubría y miró lo que yo estaba haciendo debajo. En ese mismo momento llegué al orgasmo y emití un ligero aaaah de placer. Mi prima me volvió a hacer la misma pregunta y cuando pude le respondí que me frotaba ahí para sentir el gusto. Ella no sabía nada de eso, por lo que me volvió a preguntar y yo la instruí en las sensaciones que se sienten abajo y la forma de estimularlas hasta que te viene como una corriente eléctrica placentera que yo llamaba entonces “el gusto”. Le hice una demostración práctica masturbándola allí mismo. Y desde aquella noche, sustituimos las largas charlas con una sesión de masturbación que unas veces nos aplicábamos cada una a sí misma y otras la una a la otra. Pasamos así todo el verano y lo recuerdo como una experiencia extraordinaria. Nunca he vuelto a tener experiencias de este tipo con nadie, por eso se grabó en mi memoria. Yo tenía seis años entonces, pero llevaba tiempo masturbándome, así que debí comenzar desde muy chica. No sé: quizás a los cuatro. Tampoco recuerdo cómo lo descubrí. Supongo que frotando, frotando.

La masturbación ha sido una actividad normal para mí hasta el día de hoy. Pero nunca he hablado de ella con nadie, ni nadie sabe que lo hago. Ni siquiera mis amigas más íntimas, ni mis parejas anteriores, ni mi marido lo saben. No sé. Me parece una actividad tan íntima que no tengo por qué hablar de ella aunque me parece algo muy natural; tampoco le digo a nadie que tengo la regla ni cuándo me cambio de tampones, por ejemplo.

Me he masturbado con una frecuencia desigual, según las épocas. De niña, lo hacía todas las noches para dormirme placidamente. De adolescente aumentó la frecuencia y llegué a hacerlo incluso varias veces en un día, porque tenía las hormonas completamente alborotadas y me excitaba casi con cualquier cosa. Ya de más adulta depende de la frecuencia de mis relaciones sexuales. Actualmente lo hago tres o cuatro veces por semana por término medio; a veces algo menos. Si estoy sola de viaje, o lo está mi marido, lo hago más. Me masturbo siempre en el baño, salvo cuando estoy sola, que lo hago en la cama. Utilizo mis dedos solamente para estimular el clítoris; nunca he usado vibradores ni cosas por el estilo. Tampoco me meto nada en la vagina, salvo los dedos con los que me masturbo, en ocasiones, para humedecerlos y no irritarme el clítoris. Suelo masturbarme cuando me encuentro excitada por alguna cosa, como es lógico. Pero también si estoy tensa o agobiada por algún problema, o simplemente aburrida. El orgasmo me relaja y me deja muy tranquila.

Nunca me he masturbado durante el coito, aunque he leído que algunas lo hacen para tener orgasmos. Yo, si alguna vez no llego a él durante las relaciones sexuales me masturbo después; bien en el baño cuando me levanto a lavarme, o en la cama cuando se duerme mi marido, o en las dos situaciones, si quedo muy excitada. Mi marido también es muy comedido con el tema y casi no hemos hablado nunca sobre masturbación, aunque sí algo más sobre sexualidad en general.

No sé si él lo hará. No se lo he preguntado, ni él me lo ha dicho espontáneamente. Quizás sí, porque parece que todos los hombres se masturban y él no va a ser menos. Pero realmente no lo sé, ni me importa; nuestras relaciones sexuales son buenas, así que cada cual haga en su intimidad lo que le convenga. Tampoco he hablado con mucha gente de la masturbación masculina, quizás con alguna amiga de joven. Pero es algo que se escucha y se lee en todas partes, de modo que resulta difícil sustraerse a su existencia.

La masturbación sigue estando a nuestra sombra, hay que mirarla y no esconderla. No tiene nada de malo.

¿Qué dicen?

Articulo con modificaciones a futuro…

Bibliografia:

  • http://www.plannedparenthood.org/PPFA/MasturbacionDelEstigmaALaSaludSexual_11-02.pdf
  • http://www.atinachile.cl/content/view/109850/LOS-TABUS-SOBRE-LA-PAJITA-CHILENA.html
  • Mujeres a solas, Jesús Ramos