Duchas vaginales, ¡Stop!

Recuerdo que fui a comprar a la farmacia y me dieron un cupón de descuento de jabones íntimos, lo mire y me reí, ya que recordé un consejo y sentencia  de una profesora matrona de la universidad sobre estos jabones.

Empecemos por lo más fácil ya que puede que algunos varones no estén familiarizados con este término, les explicaré.

La ducha vaginal consiste en un lavado de la vagina con productos especiales, agua y vinagre, bicarbonato de sodio o cualquier otra solución.Las duchas vaginales vienen en una botella con un aplicador que impulsa la mezcla hacia adentro de la vagina y se pueden comprar en el supermercado.

En el mercado existen jabones especiales que puedes encontrar en cualquier farmacia (que en Chile están en casi todas las esquinas). Pero debemos recordar que hay veces en que una ducha vaginal está indicada por el médico y esa debe hacerse como parte del tratamiento.

Hay quienes dicen que la vagina de la mujer huele como pescadería, y eso solo trae un trauma a las mujeres, a decir verdad esos olores se producen con infecciones vaginales y no en un estado normal de ella, lo que hay es un olor ácido característico ya que el medio de ella es así. Por las bromas sobre mariscos que muchos conocemos, las mujeres quieran sacarse cualquier indicio de olor (incluso el natural) mediante polvos para la higiene íntima femenina, jabones perfumados, desodorantes vaginales o tampones aromatizados. También lo hacen para lavar la sangre de la menstruación o el semen después de la relación sexual.

El porque en las consulta uno le dice a la mujer que no se lave con jabón, es porque el lavado la hace más susceptible de contraer infecciones vaginales, y esto es por la muerte de los lactobacilos que mantienen el ph bajo en la vagina (ph ácido). Estos lactobacilos son los grandes cuidadores de la vagina ya que la mantienen ácida y de esta manera no es un lugar agradable para que otros microorganismos se muden y provoquen verdaderas infecciones vaginales al alterarse el equilibrio natural de la vagina.

Los riesgos son mucho más que los beneficios respecto a esta práctica. Está el que ya mencionamos: las infecciones vaginales, la enfermedad inflamatorio pélvica (infección que afecta al útero, las trompas de Falopio y los ovarios), los estudios han demostrado que las duchas vaginales más de una vez por semana, aumentan la dificultad para quedar embarazada. Además, aumenta el riesgo de tener un embarazo ectópico (cuando el embrión se instala fuera del útero) en un 76%.

Nuestro organismo es muy sabio, ya que la vagina tiene un mecanismo de limpieza de arraste por el moco cervical.

Puedes lavarte externamente con agua y un jabón muy suave, pero no es recomendable una ducha vaginal.

Otra manera de ayudar es usar calzones de algodón, y si se usan protectores higienicos (que tampoco son recomendables) cambiarlos varias veces por día.

Así aseguran una buena higiene genital.